- El proyecto PROMACC Collserola–Vallès Occidental, impulsado por la Asociación Collserola Iniciatives con la colaboración de Nactiva, se desplegará sobre un total de 56 hectáreas ubicadas en el municipio de Sant Cugat del Vallès.
- Ya se han iniciado los primeros trabajos sobre el terreno, que continuarán después del verano.
- Occident, Molins y Fluidra aportan financiación para gestionar 27 hectáreas, de acuerdo con un modelo de gestión forestal multifuncional.
- El proyecto, que se presenta hoy en el Hotel QGAT, se integra en el sistema de Créditos Climáticos Forestales de la Generalitat de Catalunya, que permite certificar los impactos positivos de la gestión forestal sobre el carbono, el agua y la biodiversidad.
Barcelona, 12 de junio de 2025-. La Serra de Collserola ha comenzado a transformar su paisaje. La Asociación Collserola Iniciatives, con la colaboración de Nactiva, presenta hoy en el Hotel QGAT el proyecto PROMACC Collserola–Vallès Occidental, la primera alianza público-privada para la gestión forestal multifuncional en el Parc Natural de la Serra de Collserola. Esta iniciativa pionera, que cuenta con el apoyo de empresas como Occident, Molins y Fluidra, tiene como objetivo reducir el riesgo de grandes incendios, reactivar una producción sostenible del bosque y asegurar que siga siendo un pulmón verde, biodiverso y resiliente para el Área Metropolitana de Barcelona.
Gracias al compromiso de estas tres compañías, ya se ha asegurado la financiación necesaria para actuar sobre 27 de las 56 hectáreas que conforman la totalidad del proyecto. Las actuaciones se desarrollarán en tres fincas ubicadas en el municipio de Sant Cugat del Vallès: dos de titularidad privada y una de gestión pública, a cargo del Ayuntamiento de Sant Cugat y la Entidad Municipal de Valldoreix.
Los primeros trabajos sobre el terreno ya se han iniciado y se retomarán tras el verano, una vez superado el periodo de nidificación de aves y de mayor riesgo de incendios. Está previsto que estas actuaciones generen ocupación local al menos, de unas 10 personas, y cuentan, además, con el apoyo técnico de la Federació Catalana d’Associacions de Propietaris/es Forestals, Boscat y de la cooperativa de trabajos forestales Forest4.
La iniciativa cuenta también con el apoyo del Consorci del Parc Natural de la Serra de Collserola, quien gestiona una de las fincas del proyecto, y el Centre de la Propietat Forestal, encargado de administrar el sistema de créditos climáticos y certificar los proyectos.
Transformar el bosque mediterráneo
La gestión forestal implica intervenciones activas en el bosque, como podas, aclarado de árboles para reducir la densidad, desbroce del sotobosque, selección de especies y ejemplares más adecuados, eliminación de exceso de material vegetal inflamable o plantaciones complementarias. Estas acciones buscan prevenir la propagación de grandes incendios forestales en la Serra de Collserola, especialmente en la interfaz urbano-forestal de Sant Cugat del Vallès y reforzar la resiliencia del bosque frente a los efectos del cambio climático, como la sequía.
También se trabajará para reactivar el uso productivo de los encinares, que tradicionalmente han tenido aprovechamientos como la obtención de leña o carbón, en fincas habitadas con proyectos de gestión agro-ganadera. Asimismo, se contribuirá a mejorar la biodiversidad forestal, garantizando la conectividad y la preservación de especies vulnerables presentes en la zona.
Para el presidente de la asociación Collserola Iniciatives, Manuel Ferrer, “este proyecto es fruto de años de trabajo conjunto con los propietarios forestales del territorio y representa un punto de inflexión en la manera de entender y gestionar nuestros bosques. PROMACC Collserola–Vallès Occidental nace con una visión clara: activar una economía forestal sostenible que ayude a preservar el paisaje, reduzca el riesgo de incendios y dinamice el entorno rural. Queremos que Collserola sea un ejemplo de cómo, desde la iniciativa local y con alianzas sólidas, es posible construir soluciones innovadoras que respondan al cambio climático, a la pérdida de biodiversidad y al abandono del medio rural.” “Este es solo el comienzo de una transformación que debe continuar en los próximos años con más superficie gestionada, más actores implicados y más recursos movilizados”, añade.
Por su parte, el CEO de Nactiva, Joan Cabezas, ha destacado que “el proyecto PROMACC Collserola–Vallès Occidental es un claro ejemplo de cómo la colaboración entre actores públicos, privados y sociales puede dar lugar a soluciones reales frente a los retos del territorio. Esta iniciativa demuestra que es posible activar un nuevo modelo de gestión forestal que, además de conservar, genere valor compartido: para los propietarios del suelo, para las administraciones, para las entidades sociales y también, para las empresas, que encuentran en esta implicación una vía efectiva de contribuir al entorno mientras obtienen beneficios de los servicios ecosistémicos que se derivan de un bosque bien gestionado. En definitiva, ganamos todos”.
Créditos climáticos y modelo replicable
El proyecto forma parte de un PROMACC (Proyecto Forestal de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático), una herramienta oficial promovida por la Generalitat de Catalunya dentro del Sistema de Créditos Climáticos Forestales de Catalunya. Los PROMACC están diseñados para fomentar la gestión multifuncional de los bosques mediterráneos con el objetivo de aumentar su
resiliencia ante el cambio climático, mejorar la captura de carbono, la disponibilidad de agua y la biodiversidad, a través de acciones medibles, certificadas y mantenidas en el tiempo.
A través del sistema Climark, cada hectárea gestionada genera un crédito climático, entendido como una unidad de impacto ambiental positivo que puede ser respaldada por empresas e instituciones. Estos créditos permiten redistribuir los beneficios entre los diferentes agentes implicados: propietarios forestales, financiadores y territorio.
En este contexto, Nactiva ha sido pionera en el diseño y activación de un modelo de negocio inédito en el territorio, que conecta el tejido empresarial con la acción climática mediante una fórmula que integra sostenibilidad, retorno social y beneficios ecosistémicos tangibles. Su papel ha sido clave para estructurar una alianza público-privada-social operativa, viable y replicable, demostrando que es posible canalizar inversión privada hacia soluciones de gestión forestal con impacto real y medible. En ese sentido, el presente proyecto es uno de los primeros en contar con financiación 100% privada y se espera que la iniciativa de estas empresas sea un ejemplo a replicar por otras.
“PROMACC Collserola–Vallès Occidental nace también con la voluntad de ser un modelo replicable en otros puntos de la Serra de Collserola y del conjunto de Catalunya, promoviendo un nuevo modelo de financiación mixta y de colaboración transversal entre el sector privado, administraciones públicas, propietarios forestales y entidades sociales”, añade Joan Cabezas.
Compromiso del sector privado
Estos objetivos ambientales y sociales son posibles gracias al apoyo de tres empresas que han querido alinear su estrategia de sostenibilidad con una acción climática tangible y de impacto territorial:
- Occident se suma al proyecto reafirmando su compromiso con la protección del capital natural y el desarrollo sostenible. Con su participación, Occident refuerza su apuesta por proyectos que, además de mitigar riesgos ambientales, contribuyen a generar valor para las comunidades locales, como es el caso de Sant Cugat del Vallès, donde la compañía mantiene una presencia destacada.
- Molins impulsa su participación como parte de su estrategia de sostenibilidad, específicamente en las áreas de cambio climático y de naturaleza, siendo esta actuación una contribución complementaria a su programa de protección de los recursos naturales y la biodiversidad.
- Fluidra, líder global en soluciones conectadas para el uso sostenible del agua en el sector del bienestar, se suma al proyecto en Collserola con el objetivo de contribuir a la restauración ecológica y preservación de este emblemático espacio natural. La colaboración forma parte del compromiso de Fluidra con la sostenibilidad, la biodiversidad local y, especialmente, con su objetivo de ser una compañía positiva en agua para 2030.
Esta es la primera iniciativa enmarcada dentro de esa ambiciosa meta, que busca devolver a la naturaleza más agua de la que consume a través de soluciones basadas en la naturaleza y la acción colaborativa.