#MeetNactiva con Clara Navarro, directora ejecutiva adjunta de Nactiva

Clara Navarro, directora ejecutiva adjunta de Nactiva, es experta en economía de impacto, una tendencia que ha crecido en los últimos años y que muestra cómo la inversión puede ir más allá de la rentabilidad financiera, convirtiéndose en una herramienta estratégica para afrontar los grandes desafíos sociales y medioambientales.

Como parte de Nactiva, destaca que: “La regeneración del capital natural es la nueva frontera de la inversión de impacto. Nos brinda la oportunidad de actuar de forma sistémica, ya que al proteger y regenerar lo que sostiene la vida y la economía se abren nuevas oportunidades para la prosperidad social, y nuevos modelos de negocio e inversión”.

¿Qué necesitamos para que la revolución natural alcance su máximo potencial?

Pasar del diagnóstico a la acción, estructurando modelos de negocio, de financiación y de gobernanza que permitan implementar soluciones a escala. Sabemos que el reto es muy complejo, pero debemos innovar, y atrevernos a probar aproximaciones nuevas pensando en grande. ¡Es una oportunidad muy emocionante!

Para quién no nos conozca, define Nactiva en 1 frase corta.

¡Ay qué difícil! Para mi Nactiva es un market builder: identifica gaps y busca cómo rellenarlos, ya sea creando nuevos proyectos o apoyando esfuerzos existentes para que el puzzle de la regeneración natural esté completo.

Nactiva actúa en el Mediterráneo. ¿Qué tiene de especial este entorno? ¿Es único en el mundo?

El Mediterráneo es un entorno que depende totalmente de su riqueza natural. Es la cuna de nuestra civilización, y se ha desarrollado sobre una economía totalmente dependiente de la naturaleza, todavía hoy: sector primario, turismo, construcción, pero también nuestra calidad de vida capaz de atraer y retener talento necesario para la industria o las start-ups y el ecosistema científico. Además, conecta dos continentes: el Europeo, quizás hoy el más consciente de la necesidad de repensar el capitalismo para integrar las externalidades y hacerlo sostenible; y el Africano, muy rico en recursos naturales, y que ofrece espacio para repensar muchas formas de hacer. No sé si es un lugar único, pero sí que reúne unas características óptimas para ser un laboratorio donde experimentar modelos de regeneración natural creadores de prosperidad económica y social.

En tu presentación, hemos hablado de la economía de impacto ¿Cómo la definirías para aquellos que no estén familiarizados con este concepto? Y, paralelamente a esto, ¿cómo ha evolucionado ésta en los últimos años?

Por “economía de impacto” entendemos aquella que se empeña en dar soluciones de largo plazo a los grandes retos de la sociedad, incluyendo los que afectan a los stakeholders más vulnerables (población en riesgo de exclusión, naturaleza, futuras generaciones…); y de hacerlo de una forma económicamente viable o rentable. Persigue así una triple rentabilidad – económica, social y medioambiental – y un equilibro entre beneficio económico, riesgo e impacto. Va por tanto más allá de la responsabilidad social: en la economía de impacto, el éxito de una iniciativa se mide en base a su impacto, y no solo a su rentabilidad. Hace 13 años, cuando iniciamos la Fundación Ship2B con Xavi Pont y Maite FIbla, esto sonaba muy extraño. Pero ahora cada vez más actores “mainstream” se acercan al concepto, y la inversión de impacto – la que persigue una rentabilidad social además de financiera – está creciendo exponencialmente. Aun así, nos seguimos enfrentando al reto de invertir de forma sistémica, de poder medir si realmente estamos solucionando los problemas, y de encontrar herramientas de financiación para cuestiones muy importantes en la que los modelos conocidos, como el capital riesgo, no aplican.

¿Hasta qué punto la colaboración entre el sector público y el privado resulta clave para escalar soluciones de impacto social y ambiental?

Es imprescindible. Primero, porque no habrá inversión de impacto sin un buen diagnóstico del problema que pretendemos resolver, y ahí el sector público es un actor clave. Segundo, porque a menudo vamos a necesitar financiación blanda, modelos híbridos como el blended finance y todo un abanico de tipos de financiación si queremos desbloquear problemas sociales complejos. Combinar financiación pública, filantropía, y financiación privada de distintos tipos es la única forma de abarcar la complejidad que los retos sociales y medioambientales presentan.

Desde tu experiencia, ¿cuál consideras que es el valor diferencial que aporta Nactiva al ecosistema de impacto?

En primer lugar, está poniendo el capital natural en el mapa y en el discurso. En los últimos años, buena parte del discurso medioambiental en el ámbito empresarial y financiero ha girado en torno al carbono/cambio climático, a cumplir con los reportings y medición de huellas, y a la inversión en cleantech. Sin duda tres ejes muy importantes, pero que se quedan muy cortos a la hora de abarcar los retos que nos plantea la naturaleza, y las oportunidades de prosperidad e inversión que nos puede brindar cuando tenemos en cuenta el valor de los ecosistemas, la biodiversidad, el agua o la gestión integrada de paisajes. En segundo lugar, Nactiva está contribuyendo a conectar “piezas del puzle”, actores que hasta ahora no colaboraban tanto, para hacer posibles nuevos proyectos. Por ejemplo, con el diseño y desarrollo de RegenPorts con al Fundación Barcelona Port Innovation se está impulsando un nuevo modelo de negocio que permitirá escalar la regeneración en espacios portuarios, con participación de capital privado y una alianza compleja que ha requerido desde repensar procesos, modelos operativos y contratos, hasta imaginar nuevos tipos de seguro.

Si pudiésemos ponerle una banda sonora al Mediterráneo, ¿qué canción crees que lo representaría mejor?

Ay… es inevitable que me venga a la cabeza un tópico, Mediterráneo de Serrat… Realmente me identifico mucho con ella. Pero en general, me vienen a la cabeza personas compartiendo comida y una bebida rica con guitarras y cantos… Todos los países Mediterráneos comparten esto, en una u otra versión, y dice mucho de lo que nos une.

¿Cuál es el rincón del Mediterráneo que recomiendas visitar?

Hay muchos, y me quedan muchos por conocer! Uno que vinculo a mi infancia son las playas de Llançà, en el Alt Empordà, y especialmente la zona de Cap de Ras, donde el bosque Mediterráneo aun llega hasta el mar. Aunque últimamente, gracias a Nactiva, estoy descubriendo las maravillas del Delta del Ebro, quizás uno de los pocos lugares aun no masificados, y un paraíso para los que aprecien la biodiversidad.

Por último, si pudieras describir el Mediterráneo en una sola palabra, ¿cuál sería?

Buenavida (así, todo junto!)