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Capital natural
¿Qué es el capital natural?
El capital natural son todos los recursos naturales, renovables y no-renovables (los recursos geológicos, los suelos, el aire, el agua y todos los seres vivos, incluso nosotros) que proporcionan bienes y servicios fundamentales para nuestra existencia (la polinización, el ciclo de nutrientes, la purificación del agua y del aire) y de los cuales retiramos beneficios (el agua que bebemos y los alimentos que comemos, la fauna que mantiene ecosistemas sanos, los bosques que absorben el carbono, la protección contra desastres naturales, energía, bienestar físico y mental) y que por lo tanto tienen un valor económico que se puede cuantificar. Aunque a algunos de estos recursos, la sociedad todavía no los reconoce oficialmente como un activo económico.
¿Por qué es importante el capital natural?
El capital natural es nuestro activo más importante porque nos proporciona recursos naturales que son fundamentales para nuestro bienestar:
- Es la fuente de nuestra vida –nos proporciona agua, aire, comida, …
- Es la base de nuestra economía y provee los inputs para cualquier proceso económico –energía, materias primas, …
- Define nuestra salud y calidad de vida; la atractividad de los territorios; y de él depende nuestro futuro…
- Es sinónimo de sostenibilidad y el enfoque del capital natural se integra directamente en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que establecen un marco para que la sociedad satisfaga las necesidades de la generación actual, sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras.
Tendencias y oportunidades
La idea de reconocer el verdadero valor de los activos de la naturaleza, está aumentando rápidamente su popularidad. La gestión del capital natural ya se está configurando a nivel global como una nueva industria y sector de grandes oportunidades en materia de soberanía y seguridad alimentaria, incremento de stocks naturales (agua), mitigación del cambio climático, o agricultura regenerativa de Km0, entre otros muchos ejemplos.
En países como Reino Unido, Australia, Indonesia, Brasil o Estados Unidos ya existen ejemplos de iniciativas que están generando valor ecológico, social y empresarial gracias a la activación de su capital natural.
¿Por qué el Mediterráneo?
El Mediterráneo, por sus características y los retos medioambientales a los que se enfrenta, puede convertirse en una región referente en la activación del capital natural.
La riqueza del capital natural del Mediterráneo es una de las principales razones que explican por qué esta región es una de las más desarrolladas de nuestro país (y del resto de países de la cuenca mediterránea). El clima y la gran calidad y diversidad de los ecosistemas naturales que tenemos (bosques, ríos, lagos, costas, mar, etc.) hacen de la región un gran eje turístico y económico, donde se concentra una parte importante de la población. Por ejemplo, las condiciones medioambientales que se comparten en la región propician la alta actividad agrícola de la zona, especialmente de frutas y verduras, que a su vez supone la base de la alimentación equilibrada del territorio, y por tanto de nuestra salud.
Paralelamente, cabe recordar que la región mediterránea es una de las que está viviendo un mayor impacto por el cambio climático. Cuidar de nuestros recursos hídricos o aprovechar los recursos de nuestras envidiables masas forestales (el 65% de la superficie de Cataluña está cubierta de bosques, uno de los mejores ratios en la Europa mediterránea) nos permitirá responder a importantes retos medioambientales (sequía, inundaciones, temporales, incendios, etc.) que ponen en riesgo múltiples espacios naturales del país.